Gerardo Rueda

Desde un principio su obra muestra dos ejes capitales en los que se apoya, y que hemos de tener siempre en cuenta para apreciarla: la materia, y la forma. A diferencia de otros artistas, incluso de aquellos que pertenecen a su instante histórico y artístico, siempre fue un artista contenido, o si se prefiere, poco espontáneo. Es un astista meditativo y comedido en la expresión, que reflexiona siempre sobre el proceso que lleva desde la materia hasta el espíritu mediante el arte.

De unas composiciones armónicas de colores primarios o claros, característicos de su primera época, Rueda pasó a obras con mayor densidad en los pigmentos, y mayor profundidad en el color. Pero tampoco podemos olvidar sus magníficas pinturas blancas y grises. Mäs tarde, en los años setenta del siglo XX comienza a emplear otras materias distintas del propio lienzo: madera, papel, metal... son muy característicos los cuadros con cajas de cerillas, pintadas con tonos de uno o varios colores. Un poco más tarde empezó a sentir la influencia del Pop-Art, y a introducir objetos de la vida corriente (que suelen denominarse "ready-made"): una tabla de lavar, un picaporte, un trozo del marco de una ventana vieja...

Siempre encontraremos ya en Rueda obras que contienen algún elemento extraído de la realidad cotidiana, recordándonos que no hay más que fijarse en lo que nos rodea, en los objetos más humildes, para captar la grandeza del arte. Rueda es, en definitiva, el artista del equilibrio, de la armonía, y consigue con su talento convertir en bella y transcendentes nuestra realidad cotidiana.*Información tomada de la web es.wikipedia.org