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Autor: Gabriel PiƱana | |||||||||||||||||||||||||||||
Más información: Gabriel Piñana Como reacción al dinamismo futurista, el expresionismo y a la destrucción de las formas surgen las pinturas naíf y metafísica, fundamentalmente estáticas y figurativas, que entroncan directamente con el simbolismo. La pintura metafísica, al contrario que la naíf, es la representación estudiada del mundo onírico, lo que la hace precursora del surrealismo. Su carácter estático la enfrenta con el futurismo. Presenta perspectivas bien trazadas en las que se sitúan figuras despersonalizadas dentro de una realidad sin vida. Dentro de la pintura metafísica, también llamada pintura onírica encontramos a Giorgio de Chirico, que es su representante más destacado. Sus obras se caracterizan por la geometría arquitectónica, los volúmenes sencillos, una cierta ingenuidad y los climas oníricos que apelan a las grandes preguntas de la humanidad. Sus obras desprenden soledad, potenciada con las figuras de maniquíes y estatuas: Héctor y Andrómaca, Estatua silenciosa, Plaza de Italia, Interior metafísico con pequeña fábrica, La recompensa del adivino. También están Carlo Carrà: El gentil hombre borracho, Ídolo hermafrodita, El caballero de occidente, y Giorgio Morandi: Naturaleza muerta con caracolas, Naturaleza muerta, que son otros dos destacados representantes de la pintura metafísica. Diversos profesionales de la pintura que han destacado en el arte metafísico son José Luis Mazarío o Miguel Ángel Vozmediano Peces. Algunos artistas autodidactas también han desarrollado trabajos pictóricos en este terreno, como el músico valenciano Gabriel Piñana. Artículo de la Enciclopedia Libre Universal en Español. |
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