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Objeto: Noble Baulé sentado con cetros. | ||||||||||||||||||||||||||||||||
Más información: Los
Baulé Los
Baulé, de los que se contaba un millón de individuos a principios de siglo,
forman parte del grupo Akan de Costa de Marfil, país del que ocupan la parte
este, zona que reúne bosque y sabana a la vez. Los Akan crearon una serie de
reinos y ciudades-estado que ocuparon progresivamente toda la región boscosa
que llegaba hasta el golfo de Guinea. En el curso del Siglo XVIII la reina Abla
Pokou tuvo que conducir a su pueblo hacia el oeste, a orillas del río Comoé,
entre los Senufo. Para atravesar el río llegó a sacrificar a su propio hijo, un
sacrificio que dió origen al nombre baulé, pues baouli significa "el niño
está muerto". Al tratarse de un régimen matrilineal, a la
muerte de la reina le sucedió una sobrina, quien dirigió el reino de Sakassou,
formado por las tribus que la siguieron en su éxodo. Sin embargo, el sistema
político estaba descentralizado y las relaciones con los Sakassou se limitaban
al pago de un tributo, a los juicios por apelación y a las cuestiones
religiosas. La autoridad efectiva de la reina no sobrepasaba los límites del
poblado en el que residía y su función era solamente de prestigio. Los poderes
regionales recaían en miembros del clan real de los Warebo. Los Baulé
explotaron las regiones auríferas y desarrollaron una nueva civilización,
síntesis de los Akan y los autóctonos que habían sido conquistados. A
principios del Siglo XIX, la oleada masiva en busca de oro y las luchas
internas provocaron una debilitación del estado, acelerada por la ocupación
colonial. La organización social estaba basada en la familia extensa, que
formaba un aulo. Si existían
varias familias en el mismo poblado, se escogía al hombre más rico, al más
elocuente o al más astuto para regular los asuntos de interés colectivo con el
consejo de notables. No se hacían distinciones entre el parentesco paterno o
materno ni de matrimonio preferente, a excepción de algunas prohibiciones, como
por ejemplo el matrimonio con un miembro de otro aulo durante cuatro generaciones si ya existía una
unión entre esos dos aulo.
La unidad política reside en el poblado y el jefe no tiene poder para imponer
una decisión impopular ni medios de coerción. Cuando llegaron los franceses,
las mujeres ocupaban con frecuencia la función de jefe local. M. Delafosse
señala que la lengua Baulé no disponía de una palabra para el concepto general
de "jefe" sino en tanto que jefe de familia. Se han recogido numerosas leyendas sobre la
creación del mundo, el diluvio, el cambio de lecho del río Bandama, la travesía
del Comoé y la conquista del país Baulé. El animal-héroe es una araña macho,
avara, astuta y malvada que acaba siendo castigada. Los Baulé creen en un
Dios creador denominado Nyamien,
intangible e inaccesible. El dios de la rierra, Asie, controla a hombres y animales. Los espíritus, o Amuen, están dotados de poderes
sobrenaturales. El mundo real se opone al mundo espiritual blolo del que proceden las almas
al nacer y al que regresan cuando mueren. La religión se basa en la idea de la
muerte y la inmortalidad del alma. Los antepasados son objeto de culto, pero no
aparecen representados. Los rituales evolucionan: la creación de un nuevo
culto puede decidirse como consecuencia de un sueño o de una crisis de
posesión, durante los cuales el espíritu se revela y explica al
"elegido" el ritual, las reglas y los objetos que necesita adquirir o
fabricar, especificando el peinado, la edad, la postura y las escarificaciones,
si se trata de una estatuilla.
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