Estas imágenes son identificadas por algunos estudiosos con antepasados; y por otros con los cónyuges del mundo espiritual. Algunos antropólogos consideran que estas figuras, llamadas también Waka Sona, representan a antepasados y que su misión, además de propiciar el favor de estos, consiste en asegurar la fertilidad, prevenir abortos, garantizar buenas cosechas y, en general, fomentar el bienestar y la prosperidad individual. Según esta teoría, las figuras de mayor tamaño son propiedad de la comunidad y cada persona de la tribu posee a título individual una imagen menor, que protege, cuida y se lleva a las ceremonias para que sea imbuida de fuerza vital.

Generalmente estas piezas basan su interpretación en la creencia arraigada entre los Baulé, según la cual todo ser humano ha tenido una existencia anterior en la Tierra, de manera que cada individuo posee un cónyuge en el otro mundo. Este ente espiritual puede manifestarse en sueños y, si está enojado, exigir que se erija un altar y se hagan ofrendas en su honor. Estas figuras masculinas o femeninas se denominan Blolo Bian (femeninas) y Blolo Bla (masculinas).

En cualquier caso, sean cónyuges o antepasados, estas tallas constituyen expresiones destacadas del estilo refinado, minucioso y sofisticado del arte Baulé. Se caracterizan por tener una cabeza grande, busto largo y estrecho, brazos prácticamente pegados al cuerpo.

Está interesante pieza está recubierta de caolín blanco, el blanco en África lo asocian también con la pureza, pero al contrario de los países occidentales el color del luto es el blanco, ya que lo relacionan con el otro mundo. En otras etnias se pintan la cara y el cuerpo para ritos funerarios. No debemos olvidar que en Europa durante la Edad Media el blanco era el color del luto para las Reinas, y en España prevaleció esta costumbre hasta bien entrado el s. XVI