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  Objeto: Máscara Mawana Pwo.    
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Los escultores Tshowke, de dos tipos, eran los más célebres de la región: el primero incluía al songi y al fuli, profesionales que aseguraban su subsistencia cultivando para consumo propio. Fabricaban encantamientos jinga y figuras para los altares familiares mahamba y todos los objetos utilizados para la caza, el amor, la magia y la fertilidad.

 

En cuanto al segundo tipo, estaba formado por artistas titulados de las grandes jefaturas que trabajan en exclusiva para la corte. Esculpían con gran finura cetros, tronos con figurillas, abanicos, tabaqueras, pipas, espantamoscas, copas y figurillas de jefes o de antepasados. Entre ellos existía cierta emulación, y en la corte lunda los artistas eran precisamente chowke, célebres por sus grandes estatuas de antepasados deificados que exaltaban la fuerza y la dignidad. La representación principal del jefe es la Tshikbinda Ilunda cuya historia era ejemplar: según la tradición oral, el jefe de los lunda escogió a su hija Lueiji para sucederle con preferencia sobre sus dos hermanos. A la muerte de su padre, la soberana se casó con el cazador errante Tshikbinda Ilunda, hijo menor del gran jefe luba Kalala Ilunga. Este príncipe marcó el origen de la dinastía sagrada del Mwata yamvo de los lunda y se convirtió en modelo de héroe cazador y civilizador, al que se representaba tanto sentado en un trono como de pie, desnudo o con ropa de cazador. Como sus estatuas son posteriores a la introducción de las armas de fuego, la figura suele sostener un fusil de piedra en la mano izquierda y un bastón llamado cisokolu en la mano derecha; este bastón permite suspender en él las armas de caza cuando se le planta en el suelo durante un alto. En ocasiones sólo la cartuchera pegada a la espalda permite identificarlo. Al lado de los pies o sobre el peinado encontramos pequeños personajes, efigies de antepasados o un animal, los espíritus del perro y del león favorecían la caza. El cuerpo es achaparrado sobre las piernas dobladas, los omóplatos están bien dibujados, el cuello es largo, poderoso, y el ombligo, prominente. La cabeza, con la barbilla que apunta hacia adelante de forma vigorosa y agresiva, luce un enorme peinado, signo de su rango principesco. El brazo en ángulo recto y las manos con dedos separados reproducen el gesto taci que expresa fuerza y poder, y pone de manifiesto la vitalidad del jefe y la prosperidad de su pueblo. También encontramos jefes tocando un instrumento musical.

 

La máscara " pwo " (mujer) o la mwana pwo (joven mujer) simboliza al antepasado femenino y aparece en bailes propicios a la fecundidad. Llevado por un hombre que imita el baile de las mujeres, les enseña la gracia y las maneras. La máscara " Pwo " del antepasado femenino siempre es portada por hombres a los que transforman en seres poderosos. Su exhibición delante de la asamblea lugareña tiene un carácter mágico: Aportan prosperidad y fecundidad (incluso a los que observan la ceremonia), pero cuidado dominados por los brujos, pueden hacerse un "wanga" maléfico. La adquisición de una máscara es una suerte de matrimonio místico. El danzante le devuelve al escultor un anillo de cobre, este gesto es como una dote simbólica de la "novia". Este matrimonio impone obligaciones morales y rituales; infringirlos puede desencadenar la furia del espíritu del antepasado y sufrir los castigos de su poderosa magia. El danzante baila a veces con una figura que representa a un niño llevado a cuestas por la madre. Se disfraza de mujer llevando pechos postizos, una falda cotonada, un pesado cinturón adornado con perlas y portando sonajeros. Después de la muerte del danzante, la máscara es a menudo enterrada a consecuencia de un miedo supersticioso, se entierra en un lugar aislado y pantanoso, para que sea inaccesible. En ocasiones también sepultan la máscara que no les puede servir más. La máscara debe ser esculpida según las normas, y reflejar la idea colectiva de los espíritus ancestrales. Algunas máscaras son individualizadas, el escultor entonces se toma ciertas libertades en cuanto a las proporciones y formas de la cara. Se inspira en la fisionomía de una mujer admirada en el poblado por su belleza, trabaja lejos de las miradas femeninas, aunque las observa cuidadosamente durante días para memorizar todos sus rasgos: escarificaciones, tatuajes y peinados.